Los electroestimuladores funcionan a base de impulsos eléctricos que utilizan diferentes ondas que relajan o fortalecen el músculo, según el uso que se le quiera dar.  

Reproducen los procesos que intervienen en la contracción muscular que ordena el cerebro, desencadenando la excitación de los músculos por impulsos eléctricos. El músculo no diferencia entre una contracción desencadenada por el cerebro (voluntario) y la generada a través de la electroestimulación (inducida).

La electroterapia utiliza diferentes tipos de ondas.  Las ondas TENS estimulan la segregación de endorfinas que ayudan a bloquear las señales de dolor. 

Las ondas Rusas utilizan corrientes eléctricas más fuertes diseñadas para estimular los nervios y penetrar al músculo de forma más profunda.  

En nuestros días, los electroestimuladores se han vuelto imprescindibles para todos los tratamientos de estética localizada, tanto para uso hogareño como profesional.

Además, por más de 30 años se han realizado investigaciones a nivel mundial que han demostrado la rapidez y eficacia de este tipo de tratamientos.